- Versión en Español -
“Mis recuerdos de Villa Leonor”, así le llamábamos a aquel hermoso paraje de las Sierras chicas, propiedad de Guido Buffo. (1966-1986)
Mi padre, (Ricardo Viñas), inspector Nacional de Educación Física, de los colegios secundarios públicos y privados de las provincias Córdoba y La Rioja, llega a la ciudad de Córdoba, allá por los años 65’, desde La Rioja, mis recuerdos datan alrededor de esa época. A la muerte de Guido Buffo, el predio había sido entregado a la Nación para que fuera destinado a campamentos de mujeres. Eso hizo que mi padre tomara contacto con ese predio y fuera el representante del Ministerio de Educación de la Nación en Córdoba, a cargo de preservar el lugar como así también su uso. Mi padre, aprovechaba, muchos fines de semana, y llevaba a su familia numerosa a pasear y de paso controlar temas diversos con los cuidadores que ahí vivían, en el primer tiempo el encargado era el Sr. Gimenez. A nosotros nos encantaba acompañarlo, aunque en esa época el trayecto yo lo percibía como toda una aventura, el camino tenía varios “precipicios”, que era como yo lo dimensionaba en mi niñez. Estaba muy deteriorado y no se veían todas las construcciones que hoy encontramos, era una larga travesía hasta llegar al final del camino, luego del cual, cruzando el vado se ingresaba a esta “propiedad privada”. Siempre, entrar a ese lugar hacía que corriera por nuestro cuerpo toda una adrenalina… de alegría. El lugar con todo su misterio, de una belleza sencilla pero que acongojaba de manera particular, poseía, ya en esa época de una gran arboleda añosa, producto de plantaciones perfectamente pensadas por parte del Sr. Buffo: Eucaliptos, plátanos, sauces llorones, molles, frutales muchísimos! En una primera época andábamos en sulky y a caballo que nos prestaba el cuidador ya que era su medio de movilidad… Ya estaba levantado una gran construcción de vigas de madera con paja, galería, zona de reunión y baños muy precarios, zona de reunión, para uso de los campamentos. Al frente de la construcción se abría una gran porción de terreno con césped, enmarcado de pinares, en la rotonda y por el otro lado, hacia el oeste, los árboles autóctonos pegados a los cerros.
¡Mi padre amaba a Villa Leonor! Y nosotros lo disfrutamos: el arroyo que alimentaba la pileta con compuertas, la casa familiar llena de muebles los primeros años, la capilla misteriosa y llena de historias, las cuales mi padre las investigó, se preparó y las transmitió a todos los interesados… se encargaba de hacer de guía con la sola intención de que se conozcan este legado… el significado de los pendulo de Foucault, los murales, el significado de toda la creación, la entrada de la luz natural o los rayos de sol por esas únicas luceras en la cúspide de la bóveda de la capilla, las tumbas de madre e hija, las explicaciones astronómicas, las científicas, las artísticas, las literarias de Leonor Allende de Buffo, increíbles y únicas de esta familia tan especial.
Participé de muchos campamentos con mi colegio secundario y de otros, que mi padre me llevaba aunque fueran de otra provincia…caminatas conocidas pasando por la ollita, y remontando el río hasta llegar a los “chorrillos”… también me gustaba ir, ya más grande, con diferentes amigos de las distintas etapas de mi vida, a pasar el día… o con mis hermanas colocamos la carpa… junto al arroyo, más adelante, bajo la hermosa sombra, de algún algarrobo.
Durante los años que Villa Leonor estuvo a cargo la nación, hubo inversiones, pero nunca suficientes, la casa familiar en algún momento se la habilitó para que la usaran los alumnos, ya antes fueron desapareciendo muchos muebles lo que era el lamento de mi padre, ya que el acceso desde el exterior era muy fácil… ya corrían los años 80’, la gente llegaba todos los domingos para disfrutar las aguas del arroyito y la sombra de la arboleda, desde la otra orilla, situación que no se daba en los años 70’… Le costaba cada vez más hacerse cargo del mantenimiento y del cuidado obras, muebles etc., que había en la casa y en la capilla en los primeros años, lo que era la preocupación de mi padre…
Personalmente fui dejando de ir a mediados de los ochenta ... .en el 86’ fui con mi hijo pequeño y luego ya no tengo mucho recuerdo…
- Comentarios “ad hoc”:
Sé que se tramitó el pase a la provincia y luego pudo llegar a la Municipalidad de Unquillo hasta que la Fundación Guido Buffo, en nuestros días, comenzó a colaborar en la preservación de este patrimonio único de Córdoba. Celebro esta situación, Karina Rodriguez nos invitó a un video hermoso hace unos años antes de constituirse como fundación, mi familia sigue apoyando ese lugar que luce diferente y que nunca perdió la belleza, y el misterio que siempre lo caracterizó.
- English version -
"My memories of Villa Leonor", that's what we called that beautiful place in the Sierras Chicas, owned by Guido Buffo. (1966-1986)
My father, (Ricardo Viñas), National Inspector of Physical Education, of the public and private secondary schools of the Córdoba and La Rioja provinces, arrived in the city of Córdoba, back in the 65's, from La Rioja, my memories date back around that time. Upon Guido Buffo's death, the property had been handed over to the Nation to be used for women's camps. That made my father make contact with that property and was the representative of the Ministry of Education of the Nation in Córdoba, in charge of preserving the place as well as its use. My father, took advantage of many weekends, and took his large family for a walk and incidentally controlled various issues with the caregivers who lived there, in the first time the manager was Mr. Gimenez. We loved to accompany him, although at that time the journey I perceived as an adventure, the road had several "cliffs", which was how I measured it in my childhood. It was very deteriorated and you could not see all the buildings that we found today, it was a long journey until we reached the end of the road, after which, crossing the ford, one entered this "private property". Always, entering that place made an adrenaline rush through our body ... with joy. The place with all its mystery, of a simple but distressing beauty in a particular way, already possessed, already at that time, a great aged grove, product of plantations perfectly thought out by Mr. Buffo: Eucalyptus, bananas, weeping willows, molles , many fruit trees! At first we rode in sulky and on horseback that the caregiver lent us since it was their means of mobility ... A large construction of wooden beams with straw, a gallery, a meeting area and very precarious bathrooms, a meeting area, was already erected. use of camps. In front of the building there was a large portion of land with grass, framed by pine groves, in the roundabout and on the other side, to the west, the native trees attached to the hills.
My father loved Villa Leonor! And we enjoyed it: the stream that fed the pool with gates, the family house full of furniture in the early years, the mysterious chapel full of stories, which my father investigated, prepared and transmitted to all interested ... I was in charge of acting as a guide with the sole intention of making this legacy known ... the meaning of Foucault's pendulum, the murals, the meaning of all creation, the entry of natural light or the sun's rays through those unique lights in the top of the vault of the chapel, the tombs of mother and daughter, the astronomical, scientific, artistic, literary explanations of Leonor Allende de Buffo, incredible and unique to this very special family.
I participated in many camps with my secondary school and others that my father took me, even if they were from another province ... well-known walks passing through the little pot, and going up the river until we reached the "chorrillos" ... I also liked to go, already older , with different friends from the different stages of my life, to spend the day ... or with my sisters we put the tent ... next to the stream, further on, under the beautiful shade, of some carob tree.
During the years that Villa Leonor was in charge of the nation, there were investments, but never enough, the family home at some point was enabled for the use of the students, and before many pieces of furniture were disappearing, which was the lament of my father, since access from the outside was very easy ... the 80s were already running, people came every Sunday to enjoy the waters of the stream and the shade of the trees, from the other shore, a situation that did not occur in the years 70 '... It was increasingly difficult for him to take care of the maintenance and care of works, furniture etc., which were in the house and in the chapel in the early years, which was my father's concern ...
Personally, I stopped going in the mid-eighties ... in 86 'I went with my young son and then I don't have much memory ...
- Comments "ad hoc":
I know that the pass to the province was processed and then it was able to reach the Municipality of Unquillo until the Guido Buffo Foundation, in our days, began to collaborate in the preservation of this unique heritage of Córdoba. I celebrate this situation, Karina Rodriguez invited us to a beautiful video a few years ago before establishing itself as a foundation, my family continues to support that place that looks different and that never lost its beauty, and the mystery that always characterized it.
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